jueves, 30 de octubre de 2008

Del amor al odio solo hay un paso, demostrado

Como se suele decir del amor al odio hay un paso y actualmente esta científicamente demostrado.

Un estudio liderado por Semir Zeki un profesor de neurobiología y John Paul Romaya, del University College de Londres demostró que al mostrar una serie de imágenes a personas de individuos que odiaban reveló un patrón de actividad cerebral que se producía en parte en áreas también activadas por el amor romántico.
"Este vínculo explicaría por qué el amor y el odio están tan íntimamente relacionados uno con otro en la vida", declararon en la revista PLoS One.

"Nuestros resultados muestran que hay un patrón único de actividad en el cerebro en el contexto del odio"
En este estudio que realizaron a personas voluntarias, mostraron 17 fotografías de hombres y mujeres que los voluntarios decían odiar, mientras que por otra parte mostraban 3 fotos con caras familiares o neutrales.

Las personas odiadas variaban desde ex parejas, rivales laborales e incluso un político famoso.

Al realizar el experimento se percataron que al visualizar las personas odiadas, diferentes regiones del cerebro empezaban a cobrar actividad, a estas regiones lo denominaron "circuito del odio" Este circuito esta comprendido por estructuras de la corteza y la subcorteza cerebral y el patrón que representaba estas actividades no coincidan con otras emociones como el temor, el miedo y el enojo.

Otra parte del cerebro que se activo fue una zona crucial a la hora de predecir las acciones de las personas por lo que es fácil deducir, que es algo clave a la hora de enfrentarse con una persona odiada.

Por otro lado, también se produjo actividad cerebral en el putamen(P) y la ínsula (I) , dos áreas que fíjense que es aquí lo curioso, se activan cuando las personas observan los rostros de una persona amada. El circuito del odio es toda la zona de la corteza (F).

Según los científicos, las regiones activadas están relacionadas con las acciones agresivas y las situaciones angustiosas, y es que el amor al igual que el odio, duele.

La diferencia predominante, es que una mayor parte de la corteza cerebral, específicamente la zona que está relacionada con el juicio y el razonamiento se desactiva con el amor en comparación con el odio.

Ambos sentimientos son pasiones muy demandantes, pero las personas enamoradas normalmente son menos criticas y juiciosas con sus pareja, pero en cambio con sus rivales odiados necesitan mantener esa atención que desechan con el amor.
"Es más probable que en el contexto del odio, quien lo siente quiera ejercitar el juicio a la hora de calcular los movimientos para (causar) daño", señaló Zeki en un comunicado.
Via: Reuters

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