El agua es fuente de vida en nuestro planeta y en nuestro organismo. De hecho, el agua es el componente más abundante en un ser humano: supone el 50-60% de nuestro peso corporal total.
Las células más activas, como las de los músculos y las vísceras, tienen la concentración más alta de agua. Pese a lo esencial que resulta, el cuerpo humano no tiene provisión para almacenar agua y cada día se pierden en torno a dos litros y medio por la orina (1500 ml), las heces (150 ml), el sudor (350 ml) y la respiración (400 ml).
Por tanto, la cantidad de agua que se elimina cada 24 horas debe ser restituida para mantener el organismo bien hidratado.
La toma de agua (y otros líquidos que la contengan, como caldos, infusiones, zumos...) es el la mejor modo de compensar las pérdidas que se producen en nuestro cuerpo cada día.
También conseguimos hidratarnos a través del agua que contienen los alimentos que comemos. En la mayoría de verduras, hortalizas y frutas, más del 90% de su peso es agua. Si incluimos estos alimentos en la dieta en la cantidad aconsejada (5 frutas, verduras y hortalizas al día) ingerimos cerca de un litro de agua.
Además, el organismo, cuando metaboliza (utiliza) los nutrientes de los alimentos (hidratos de carbono, proteínas y grasas) genera de 200 a 300 mililitros de agua. Necesitamos, por tanto, tomar cerca de 1,5 litros de agua u otros líquidos (tan solo 6-8 vasos al día) para equilibrar las pérdidas de agua y mantener el nivel adecuado de hidratación.
La cantidad de agua que se debe beber aumenta cuando hace calor y cuando hay mayores pérdidas de líquidos, como en el ejercicio intenso, diarrea, vómitos y fiebre.
No todas son iguales
El agua es una especie de 'vehículo' que transporta sales minerales y se clasifica según la composición de minerales que contenga y la concentración de éstos.
Ello depende del recorrido subterráneo que realiza antes de brotar al exterior, en el que arrastra y disuelve diversos minerales en cantidades variables.
Se han catalogado distintos tipos de agua con diferentes propiedades, dependiendo de su composición mineral, que, además de hidratarnos, contribuyen a depurar nuestro organismo, a mineralizar nuestros huesos y dientes, a prevenir la caries y las infecciones de orina, a mejorar el estado de nuestra piel...
En función de su composición mineral y grado de mineralización (su contenido total en minerales), las aguas pueden ser de mineralización fuerte (más de 1.500 mg de residuo seco, es decir, de minerales por litro), débil (hasta 500 mg/l) o muy débil (hasta 50 mg/l), y poseen distintas propiedades beneficiosas para la salud.
En algunos casos el agua puede ser una fuente excelente de minerales y nos ayuda a cubrir las ingestas recomendadas de estos nutrientes y evitar así deficiencias.
Aguas minerales | Composición mineral(por litro) | Beneficioso |
*Bicarbonatadas o alcalinas | Más de 600 mg de bicarbonatos | Estimula la digestión y neutraliza la acidez del estómago |
*Cálcicas | Más de 150 mg de calcio | El calcio es el mineral más abundante del cuerpo humano. El del agua se aprovecha muy bien por parte del organismo y contribuye a la mineralización de huesos y dientes. |
*Magnésicas | Más de 50 mg de magnesio | Contribuyen a la mineralización de huesos y dientes, y pueden resultar ligeramente laxantes. |
*Hiposódicas o sódica | Hiposódicas: menos de 20 mg de sodio | Hiposódicas: benefician a quienes sufren alteraciones renales, hipertensión o retención de líquidos y a los bebés y personas mayores. Depuran y eliminan el exceso de líquidos. Sódicas: no aconsejadas para niños, personas mayores, personas con problemas de riñón, de corazón o de retención de líquidos. |
*Fluoradas | Más de 1 mg de fluoruros | Previenen la caries dental, pero están desaconsejadas en los más pequeños porque un consumo excesivo de este mineral mientras los dientes se están desarrollando puede causar fluorosis dental, que produce baja mineralización del esmalte y cambios en la apariencia de los dientes (estrías o manchas marrones en su superficie). |
*Ferruginosas | Más de 1 mg de hierro | Contribuyen al aporte de hierro y, junto con una dieta adecuada, ayudan a prevenir la anemia |
*Carbónicas o con gas | Más de 250 mg de anhídrido carbónico (CO2) o gas libre | El contenido de gas puede ser natural o añadido. Estimulan el apetito, neutralizan la acidez y facilitan la digestión. |
*Aguas de mineralización débil o muy débil | Debíl(hasta 500 mg/l) Muy débil(hasta 50 mg/l) | Estimulan la diuresis, es decir, la producción de orina. Son las aguas más indicadas para la preparación de alimentos infantiles y para las dietas de control de sodio; hipertensión, problemas de corazón, cálculos e insuficiencia renales o retención de líquidos. |
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