jueves, 1 de enero de 2009

Nanotecnología, la disciplina del futuro

En 2008 muchos ingenieros hicieron uso de esta tecnología intentando innovar en este campo. De los cuales algunos consiguieron realizar grandes avances con estos materiales en los que solo tiene sentido hablar de ellos a la escala de una billonésima parte de un metro.

En esta magnitud los materiales adquieren unas propiedades mejoradas como la absorción o la adherencia que se ven multiplicadas por mil si se formase con la nano-estructura adecuada.

Tres ejemplos claros pueden ser, un enredo de nano-cables de óxido de manganeso formando una especie de papel tisú que es capaz de repeler el agua pero absorber 20 veces su peso en aceite de motor o petróleo.


Por otra parte también existen tejidos a los que se les ha aplicado una textura con un nano-patron determinado los cuales permiten mantener el tejido totalmente impermeable, manteniéndose seco durante dos meses bajo el agua.


Por útlimo, y es el ejemplo que más me llama la atención, es la imitación de una nano-estructura que se encuentra en la misma naturaleza, específicamente en el pie de un gecko. Los ingenieros consiguieron imitar la piel de las patas de este animal consiguiendo que tal tejido fuese 10 veces más adhesivo que el del mismo lagarto.


Como se puede apreciar la nanotecnología, es una disciplina que tiene cabida en muchos aspectos de los problemas que emergen en nuestra vida cotidiana y que cada vez se hacen más prioritarios.

Un caso cercano es la búsqueda de nuevas fuentes energéticas donde el papel que jugó las nano-estructuras en el 2008 fueron realmente relevantes. Según investigadores de EE.UU, con una mezcla de oro llena de nano-tubos de carbono e hidruro de litio es capaz de convertir la radiación que viaja por el universo directamente en electricidad, pudiendo proporcionar una nueva forma de energía para largas misiones espaciales.

Los nano-tubos de carbono también formaban parte de un plan para crear un nuevo tipo de fotosíntesis artificial. Los tubos actuarían como un almacén temporal para los electrones provenientes de la luz recolectados por moléculas tintadas, antes de que los electrones se usen para conducir las reacciones químicas que eliminen las emisiones de CO2 de la atmósfera.

Cambiando de ámbito, pero siguiendo la linea de problemas cercanos, nos topamos con que el silicio, el material por excelencia de los componentes de un ordenador, un material semiconductor con altas prestaciones para la conductividad en los circuitos integrados en todo aparato electrónico está llegando a su fin. Y es que actualmente se trabajan con chips de silicio a una escala de 45 nm (nanometros) y se ha visto que ya no es posible reducirlo a una escala menor. He aquí donde vuelve a cobrar protagonismo la nanotecnología.


Un material llamado graphene formado por una sola hoja de átomos de carbono de espesor, es un conductor que ha roto el record de conductividad de un material a temperatura ambiente, algo que establece un limite de velocidad en la computación.


Ademas, se han desarrollado fibras que miden 2 nm semejantes a diminutos cables de fibra óptica que podrían ofrecer una forma de conectar los componentes de los futuros ordenadores que enviarían datos con la luz, y no con electricidad.

Con todo, es fácil deducir que los nuevos materiales del futuro estarán formados ya sean enteramente o de manera parcial por nano-estructuras proporcionándonos nuevas prestaciones capaces de suplir esas necesidades que los actuales materiales son incapaces de sobrellevar, llevando la industria a un nuevo nivel de investigación y desarrollo.

Vía: NewScientist

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