jueves, 6 de noviembre de 2008

Cómo mantener los pies sanos(I)

Son nuestra base, pero no siempre les concedemos la importancia que tienen. Para mantener nuestros pies en un estado óptimo, debemos elegir bien el calzado en cada época del año y prodigarles unos sencillos, pero constantes cuidados.

El 60% de los españoles tiene, en estos momentos, algún problema en los pies. Junto con la cabeza y la espalda, son las partes de nuestro cuerpo que más molestias dan.

En la gran mayoría de los casos, la responsabilidad es nuestra. Existe una predisposición genética, es decir, si uno de nuestros progenitores tiene los pies cavos o juanetes dolorosos es fácil que nosotros también seamos propensos a ello, pero el factor determinante es el abuso de calzado inadecuado, algo de lo que no acabamos de ser conscientes.

Su función real

Nuestros pies realizan una función de soporte del peso del cuerpo y sirven de punto de apoyo al hacer fuerza para movernos.

Para realizar esa difícil labor, están formados por una compleja amalgama de huesos, articulaciones, músculos y tendones.

Tipos de pies

Los expertos distinguen tres tipos principales de pies:

Pie griego: el segundo dedo es más grande que el gordo, el tercero casi igual y los dos últimos de menor tamaño. Toma el nombre de las estatuas de la época y es el que presenta mayor superficie de apoyo.

Pie polinesio o cuadrado: excepto el pequeño, todos los dedos son casi iguales. Toma el nombre de los cuadrados que pintaba Gauguin.

Pie egipcio: Los dedos menguan desde el gordo en orden decreciente. Es el más propenso a sufrir dolores y otros problemas.

Tus pies hablan

Nuestros pies dicen más de lo que parece, según el color y la textura de la piel, el estado de los tobillos y de las uñas... Podólogos, traumatólogos y reflexólogos sacan conclusiones de todo ello.

Las uñas

Son una extensión de la piel y conviene cortarlas rectas y no demasiado para que no se encarnen. Si se ponen amarillas es que estamos usando esmaltes de baja calidad (en el caso de las mujeres). Antes de pintarlas, conviene aplicar una base de protección transparente.

Lesiones localizadas

El calzado, la temperatura y la actividad que realizamos puede provocar heridas, ampollas, verrugas, callos y dolencias más dolorosas.

Consecuencias

A medio plazo, los desajustes en los pies y el uso de calzado inadecuado (de horma excesivamente estrecha, con tacón alto y fino, etc) pueden provocar diversas complicaciones:
  • Musculares: los tacones desplazan nuestro eje natural, la columna intenta adaptarse a ello, pero su uso intenso y continuado puede provocar desviaciones y hernias discales. También se resienten las cervicales.

  • Articulares: el tobillo y la rodilla se inflaman y pueden acabar presentando artrosis.

  • Circulatorias: aumentan los casos de celulitis y varices.

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